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#ESCRITURA #MUJERES #ADOLESCENCIA #TRASTORNOS #EDUCACIÓN #CINE

El gato que llevas será asesinado, porque tu curiosidad hasta aquí ha llegado.

Perdón, a veces me las doy de rapera y… y no. Veamos, déjame adelantarte que lo que vas a leer es bastante personal e informal, así que si lo que buscas es algo más “profesional”, ya te aviso que aquí no lo vas a encontrar. Eso no significa que mi experiencia no pueda serte de ayuda. Nunca se sabe y siempre se aprende 😉 ¿Te quedas?

Okay, empecemos por el principio. Como dirían los que me conocen bien, soy toda un “culo inquieto”. He de confesar que me encanta esta expresión: “culo” “inquieto”. Fantasía. Imaginaros por un momento un culo inquieto.

Y es que lo que consigue calmar ese culo, es la escritura. ¿Por qué? A ver, se me da bastante mal resumir, así que si te parece, ponte cómod@.

Recientemente, descubrí que me diagnosticaron TDH en mi temprana adolescencia. Es decir, “Déficit de Atención e Hiperactividad” (aunque, en mi caso, sin la parte de hiperactividad). Fantasía, lo sé. 🙂

“Zary está en las nubes“. Esto es lo que solían escribir mis profes en los comentarios de las notas trimestrales. La verdad es que siempre me he quedado embobada mirándolas, pero es que a ver… ¡SON BONITAS!

“Qué impulsiva eres. Piénsatelo bien antes, mujer” “No miras lo que haces, ¿se te ha vuelto a romper?” “¿Otra vez has perdido los aparatos?”

Pues eso, que después de saber que tenía el TDH este de las narices, entendí muchas cosas. ¿Recordáis la típica caja de objetos perdidos del cole? Podría llevar mi nombre. En vez de llamarse “Objetos perdidos”, se llamaría “Zarys perdidas” (qué original soy, eh… ejem).

Pero bueno, todo tiene su lado bueno y su lado malo. Mi punto fuerte es que soy capaz de crear escenarios donde no los hay. Claro, eso está guay porque tengo mucha imaginación, pero, por otro lado, mi padre ya me lo decía:

“No se te dan bien los estudios porque no te concentras”.

Escúchame, ¿Cómo voy a concentrarme cuando hay caballos en el cielo?

He aquí un caballo en el cielo:

No, ahora en serio. El lado malo de tener una máquina algo dispersa, es que, efectivamente, me cuesta filtrar y concentrarme. Por ese motivo, durante muchos años pensaba que era tonta. A ver, a veces soy un poco burra, pero me refiero a que creía que tenía un retraso mental heavy. Tengo una mente alternativa, ¿vale?

Volviendo a la escritura… ¡Chica, que me voy por las ramas! Recuerdo que una vez gané un concurso de poesía. ¿Yo? ¿Haciendo algo que parece gustar a la gente? Nah, no puede ser. Era un poema sobre el otoño, creo. Da igual.

Mi primer encuentro con la escritura fue en el cole, cuando escribía notitas a mis amigos y amigas y hacía bolitas de papel y las lanzaba, o al chico que me gustaba. Nada serio, mucho papel arrugado y abreviación del estilo:

k haces sta tarde? t vienes al park con stos? xk t has enfadado? conktate sta nche al msn, ok?

Éramos adolescentes hambrientas por comernos las vocales. ¡Ay, el Messenger! Yo nací en los 90s, por lo que el #msn me tocó muy fuerte en la adolescencia.

(Hagamos un breve inciso para recordar el logo de lo que era antes Messenger)

NO PUEDE SER MAS MONO XFAVOR.

Claro, tenía que tener cuidado con lo que escribía porque a veces nos pillaban. También fue gracias a Facebook que me dio por escribir y compartir ideas y frases de las cuales no me avergüenzo y por ello no las podréis encontrar por ningún lado. 🙂 Eran de un estilo que catalogaría como: moñas, peliculero, melodramático y… friki. Muy del 2000.

Del rollo… “Si no hay camino y se hace camino al andar, andemos juntos.”

Os permito vomitar, yo lo haría.

A veces, lo que hacía era robar frases que ya existían y cambiaba la estructura o algún que otro adjetivo. TO MENTIRA (je, je). Una que sabe… Y como diría La Rosalía:

La que sabe, sabe
Que si estoy en esto es para romper
Y si me rompo con esto, pues me romperé
¿Y qué?
Solo hay riesgo si hay algo que perder

La Rosalía, trá trá.

No fue hasta mi adolescencia que empecé a escribir diariamente en mi diario. Sí, soy el cliché de chica tímida con problemas en casa que se refugiaba en su diario. Y sí, también solía iniciar los diarios con el típico:“Querido diario…” Mis diarios eran mis mayores confidentes, y en ellos podía expresarme con total libertad.

Dejé por completo la escritura cuando empecé mis estudios de arte dramático. Hice un año de teatro en la escuela superior de arte dramático EÒLIA en Barcelona.

Soy la calva que sostiene los cubiertos, abajo.

Después me aceptaron con una beca en el Institute of the Arts Barcelona.

Allí me saqué el Bachelor of Arts in Acting (BA Hons Acting Degree). Hice cuatro años de Acting in English y tuve el placer de aprender de profesores y directores nativos.

Trabajamos textos de autores como:

Ibsen

Chejov

Shakespeare

Lope de Vega

Lorca

Y otros señoros

Las historias sólo le pertenecían a ellos.

Alto. Investiguemos un poco más.

Una vez acabados mis estudios, tuve que buscarme la vida como todo el mundo (menos la gente privilegiada y vaga) y eso también ocupó buena parte de mi tiempo.

Sobre los veintipocos, empecé a interesarme en historia, temas sociales, política, economía y esas cosas importantes que está bien saber. De hecho, mis amiguis frecuentaban estudios relacionados con humanidades y eso me “empapó” de algún modo. Me recomendaban libros escritos por mujeres, ¡porque resulta que los hay!

Me dio por investigar guionistas femeninas y, sin darme cuenta, me inspiré de todas ellas y me entraron ganas de leer más.

Aquí os dejo algunas recomendaciones (novelas):

“Gente Normal” de Sally Rooney

“Everyone in This Room Will Someday be Dead” de Emily Austin

“Una Habitación Propia” de Virginia Woolf

“El Color Púrpura” de Alice Walker

“Mujercitas” de  Louisa May Alcott

“ZORRAS” de Noemí Casquet

Algunos libros sobre feminismo:

“Todos deberíamos ser feministas”de Chimamanda Ngozi Adichie

“Feminismo para principiantes” de Nuria Varela

“El mito de la belleza” de Naomi Wolf

“El síndrome de la impostora” de Elisabeth Cadoche y Anne de Montarlot

Y como punto añadido, comparto una web especializada en escritoras que he encontrado recientemente y que me parece maravillosa: https://escritoras.com/obras/

Poder empatizar con los personajes de historias ajenas me animó a escribir mis propias historias. Empecé a escribir monólogos, pequeñas secuencias y diálogos varios. Podéis encontrar algunos en mi apartado “ESCRITOS”.

Algo bueno que tuvo el aislamiento de la pandemia, fue que tuve mucho tiempo para leer. Y es que, tristemente, la lectura y yo no fuimos buenas amigas hasta tarde…

Siempre llevé un poco mal el tener que hacer algo porque debía. Era muy mala estudiante y nunca leía las lecturas que tocaban. Es más, buscaba resúmenes para los exámenes y aprobaba por los pelos. Pensándolo bien, algunas de las lecturas que estudiamos las considero obras maestras, pero en aquel entonces solo pensaba en divertirme y me fastidiaba tener que hacer algo por obligación.

Mi curiosidad por la lectura despertó cuando empecé las clases de teatro. En clase, leíamos muchos guiones y ahí me di cuenta de que disfrutaba de la lectura, y de que mi problema no iba con los libros, sino con las órdenes. Entonces empecé a leer obras de teatro y novelas que me recomendaba gente que entendía del tema.

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Algunas recomendaciones (obras de teatro):

“Love and Information” de Caryl Churchill

“Topgirls” de Caryl Churchill

“Un tranvía llamado deseo” de Tennessee Williams

“Las criadas” de Jean Genet

“La ópera de los tres centavos” de Bertolt Brecht

“Lisístrata” de Aristófanes

“Medea” de Eurípides

“Yerma” de Federico García Lorca

“Macbeth” de William Shakespeare

“Antígona” de Sófocles

Algunas recomendaciones (novelas):

“A sangre fría” de Truman Capote

“La metamorfosis” de Franz Kafka

“After dark” de Haruki Murakami

“El principito” de Antoine de Saint-Exupéry

Hoy día, la lectura es parte de mi rutina diaria y dependo de ella para desconectar. Aun así, he tenido que descubrir métodos para no distraerme y acabar leyendo 4 libros a la vez (porque los dejo a medias muchas veces).

  • Mis trucos de lectura son:
    • Subrayar con lápiz lo importante
    • Dividir el texto en unidades
    • Poner títulos que resuman lo que pasa en cada unidad
    • Leer (si puedo) en voz alta
    • Hacer pausas más cortas pero más frecuentes
    • Además la música clásica me ayuda a concentrarme

Volviendo a la pandemia, leí algunos guiones de películas disponibles en internet y, por primera vez, vi la serie “GIRLS” de Lenna Dunham, la cual me encantó y me animó a escribir lo que sería una “serie”, aunque realmente no sé cómo calificarlo porque no tenía ni idea de escribir guion. Simplemente, copié las estructuras que encontré por internet y me puse a escribir como si supiera lo que hacía. Siempre he sido muy cinéfila y pensé ¿Por qué no aprender algo de guion?

Aquí algunas recomendaciones de películas en las que los personajes femeninos me han inspirado:

Llevo un tiempo apuntando diálogos que escucho por la calle y que me inspiran. Soy de las que tienen veinte mil archivos de proyectos escritos en el Drive y que, seguramente, vayan a seguir ahí, en plan escaparate, con la esperanza de que quizás algún día pueda sacar algo de ellos.

https://open.spotify.com/embed/playlist/2UsZ6DNUzTRTrPu43bEupB?utm_source=generator&theme=0

Y hasta aquí el cuento colorado del fin colorín. Bye!

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