
A veces, cuando se me enciende la bombilla o se me apagan las ganas de sociabilizar, escribo.
LA NARRADORA
¿En qué momento decidiste escribirme? ¿Acaso me preguntaste? Ni un nombre me pusiste. Yo solo soy “La narradora”. ¡Hasta la rumba tiene uno! Te quejas de la tecnología, pero dependes de ella para absolutamente todo. Solo falta que te limpie el culo, de verdad. ¿Hay algo que no busques en Google o que no te solucione Alexa? (a público) Es una pregunta retórica, claramente la respuesta es “no”. La tecnología es una sirvienta útil, pero una maestra peligrosa. (Pausa) ¿Qué? Sí, la última frase no es mía… La cogí prestada, ¿y? Mira, si voy a formar parte del reparto, al menos dame un nombre porque si no paso, la verdad. Para eso narra tú la historia y acabamos antes. No puedes darle vida a algo que no tiene identidad propia, ¿vale? Pues eso, que cojo mis cosas y me marcho. ¿Cómo que donde? Pues no lo sé, ya veré. Quiero narrar algo que sea mío por una vez. Si me echas de menos, puedes pedirle a Alexa que te cuente un cuento.

Las personas estamos predestinadas a que nos malinterpreten, da igual cuánto nos esforcemos en hacernos entender. Por esa regla de tres, prefiero no callarme.
ERAN OTROS TIEMPOS Y OTRAS MUJERES
Estáis muy perdidas. En mi época todo era mucho más sencillo, no como ahora con todas estas moderneces de las relaciones abiertas y el poli amor… A ver, que si los chicos no os dan bola es porque no les interesáis. Para ellos hay dos tipos de chicas: con las que se acuestan y con las que se casan. Si queréis que esos chicos os respeten, tenéis que haceros respetar y no acabar en sus camas a la primera de cambio. ¿Qué? ¿Me equivoco? Mirad, yo llevo veinte años con mi marido y soy la mujer más feliz del mundo. No, nunca he tenido ningún desliz. Madre mía… Hoy día parece que el sexo lo es todo. ¿No seréis un poco promiscuas? ¿Qué? No me miréis así. El sexo sin amor no tiene sentido. Sí, sí… Yo sigo igual de enamorada que el primer día. Cada vez que lo veo, siento mariposas. Lo digo de corazón. Vosotras lo que necesitáis es daros cuenta de las cosas… Los hombres quieren ser cuidados, no que los tratemos como trozos de carne. ¿Sus madres? ¿Qué tendrá que ver? Chicas no os portéis como unas fulanas y haceros respetar. Bueno, me voy que me espera mi marido. ¡Hacedme caso!
MI NUEVA PIEL
Las heridas se camuflaban entre sonrisas que aprendieron a disimular. No te dije todo lo que no sabía pensando que el saber estaba en la orden de mi día. Perdóname. Te hice creer lo que yo misma quise creer. Entonces no entendí lo que no pude entender. Siempre es más fácil jugar a que una puede con todo. No vaya a ser que, al romperme, nadie recoja mis pedazos. Ya no necesito que nadie me recoja. Mis escombros son parte de mi calma. Como buenas serpientes, vamos mudando de piel. Por bien o por mal, de todo se puede aprender. Cuando me rompa, yo misma me voy a coser. Como aquel vestido que solo me puse aquella vez y que olvidé. Un apaño aquí, otro allá, ahora tengo una falda que ni tan mal. Me hace sentir bien en mi nueva piel.
MADRES, NO SUPERHEROÍNAS
Hija, ahora que eres madre, me gustaría decirte algo que hubiera deseado escuchar al tenerte. Tranquila, lo harás bien. ¿Sabes por qué? Porque lo harás a tu manera. Por favor, no pierdas esa locura tuya, esa alegría. Parece que a la que nos embarazamos, nos convertimos en seres devotos a su bebé, y a la merced de todo juicio ajeno. Por suerte, vamos evolucionando y los cuidados dejan de vincularse únicamente a la mujer. Trátate con cariño, sorpréndete a ti misma. En tu entorno tienes a mucha gente que te quiere. Es en momentos como este, cuando una se da cuenta de quien tiene realmente a su lado. A veces olvido lo adulta que te has vuelto. Sé que he podido agobiarte proyectando en ti mis inseguridades. Lo siento, muchas veces pensamos que sabemos qué es lo mejor para nuestros hijos, pero no es así. Pide ayuda si la necesitas. Yo estaré aquí, a vuestro lado. Quiero agradecerte lo comprensiva que eres conmigo. Cariño, prepárate porque tendrás miedo. Te darás cuenta de que tu mundo girará en torno a tu hija, pero debes recordar que en algún momento ella volará y se hará a sí misma. Así que edúcala y, sobre todo, edúcate a ti para cuando llegue ese momento. Estoy orgullosa de ti. Te quiere,
Mamá.
RECONECTAR
No somos máquinas, aunque nos empeñemos en lo contrario. Somos personas con nuestros altos y bajos, con nuestras habilidades y necesidades. Buscamos la calidad en lo que hacemos, pero ¿cómo podemos lograr algo de calidad si solo nos preocupa terminarlo lo antes posible? Tenemos tanta prisa, tanta necesidad por terminar, que nos perdemos el disfrute del proceso. Estamos tan enfocadas en nuestra meta, que nos perdemos todo lo demás. Vivimos como sombras de nuestro pasado y espectros de nuestro futuro. Necesitamos detenernos y ver la realidad tal cual es: compleja y con su propio ritmo. Estamos desconectados de lo que nos rodea. Estamos en nuestras mentes, en nuestros teléfonos, en nuestras pantallas. Necesitamos desconectar para reconectar. Necesitamos recordar que no somos máquinas.
El último, el de la vergüenza, para ti.
ELLA PERREA SOLA
“Ella perrea sola” es la declaración de guerra con más clase que he visto en la vida. Piénsalo. ¿Por qué perreamos las tías? ¿Para quién? Se supone que el perreo es un “baile” de… ¿Seducción? Que mucha gente calificaría de “vulgar” -cosa que no comparto-, pero… Si lo piensas bien, a la que una perrea sola, para ella misma, la historia cambia. Ahora escuchamos temas de artistas femeninas, escritos por y para otras mujeres. Hace diez o veinte años eso era impensable. Todas meneábamos las caderas a ritmo de canciones hechas y pensadas por hombres. Canciones con las que podíamos lucir nuestras curvas y demostrar al mundo lo sexuales que podemos llegar a ser. Pero claro, siempre desde la vulgaridad y el juicio de: “críticas el reggaeton por ser machista, pero bien que lo bailas”. Y es que nadie era consciente en aquel entonces de la necesidad que teníamos de expresar nuestra sexualidad libremente -o al menos no lo suficiente-. Solo las más privilegiadas podían ser mujeres sexualmente “libres”. Es decir, si eras famosa, rica y entrabas en el canon de belleza. Hoy día hablamos de nuestros coños, nuestras reglas, y nuestros juguetes sexuales, a la vez que hablamos de nuestros deseos de enamorarnos, de ser madres o montar una empresa. Gracias a todas aquellas que lucharon por nuestros derechos, podemos decir que nuestra existencia se ha desatado.

Fueron felices y comieron pa amb tomaquet.
AMOR SIAMÉS
Eran de esas parejas que terminaban las frases del otro, o incluso pensaban lo mismo muchas veces. En poco tiempo conectaron a un nivel estratosférico, como si un hilo invisible les uniera. Tuvieron suerte, no es fácil encontrar algo así. Pasa muy pocas veces y hay que estar atenta. No hablo de que fueran una misma persona, no dejaban de tener su propia individualidad. No se necesitaban, ni eran la media naranja de nadie. Simplemente, algo les unía. Algo que no lograban entender. Podían estar viviendo vidas separadas y, aun así, sentirse cerca. Estaban bien porque sabían que se querían y entendían que las relaciones son mucho más que querer a alguien. No iban a dejar de cumplir sus propósitos por no encajar con los del otro. Lo hacían simple porque se entendían, y como se entendían se respetaban. No hay mayor muestra de amor que el respeto, ¿no?
Soy un cuadro. Un cuadro vanguardista para gente que se cree lista. Dadaísta. Me titulo “El cuadro que no es un cuadro” Hay que imaginarlo como un marco sin nada dentro. Vacía, pero jodidamente profunda. Soy transparente, no tengo nada que esconder, o si, quien sabe.
QUE DIOS LA AYUDE
Hoy Mel me ha dicho que cree ser lesbiana. Me lo ha contado con cierto temor. Al principio, no sabía si estaba intentando confesar su amor por mí. Me ha explicado cómo es su vida y su familia. ¡Qué estúpida al pensar que si una chica intenta abrirse conmigo ya es porque le gusto! ¿Seré homófoba yo también? Yo que pensaba que mi vida era complicada… Se ve que su madre le dijo que prefería que su hija trajera a un musulmán que a otra chica a casa. Dice que si se enterara, no se lo perdonaría en la vida y que sus padres la llevaron hace poco a una manifestación contra el matrimonio homosexual. Me pidió que no se lo contara a nadie. Creo que soy la primera a quien se lo cuenta. A veces olvido que hay gente que tiene una visión tan cerrada de la vida… Dice que el feminismo la ayuda a despertarse por las mañanas y que gracias a él tuvo el coraje de decirle a su madre que ya no iría a misa. Yo a veces he querido creer. Una vez, cuando estuve muy muy mal, recé. ¿Sabes lo necesario que es a veces? Pensar que jamás estás sola… Si Dios existe, le pido que la ayude.
Las cosas pasan de repente, por la cara.
LA GRAN INFLUENCER
“Lo siento, pero yo no quiero ser influencer, ese no es mi oficio. No quiero entretener ni hacer perder el tiempo a nadie, sino crear algo que realmente considere importante, sin importar los likes o los followers que pueda acumular. Tenemos que ayudarnos. Las personas somos así. No somos segundos de audio reproducidos a x2. Queremos hacer felices a los demás, no recordarles continuamente lo felices que somos comiendo sushi, o estando de risitas en la playa. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todas, pero en tu pantalla solo lo hay para tu algoritmo. ¡La tecnología es rica y puede hacernos perder el norte! ¿No lo ves?
En España decimos “Apaga la luz que sale cara”.
HARTAS
Somos sensibles, frágiles, vulnerables. Somos víctimas, quejicas, pesadas, histéricas. Somos poderosas, indestructibles, independientes, heroínas, egocéntricas. Somos femme fatales. Nos sexualizamos, nos maquillamos porque somos poco naturales. Somos vulgares. Nos depilamos porque somos poco feministas, no lo hacemos porque somos asexuales. Peor todavía, porque somos unas frígidas, unas feminazis que odiamos a los hombres. Tenemos pareja monógama heterosexual porque somos unas básicas, unas normativas. No tenemos porque somos unas solteronas, unas bolleras y vamos de modernas. Trabajamos para nosotras porque somos unas privilegiadas, porque seguro que hemos comido p*** Trabajamos para otros porque nos falta liderazgo, energía masculina. Tenemos hijos porque es lo que se espera de nosotras. Somos seres gestantes. No tenemos hijos porque tenemos un problema, tenemos traumas infantiles o solo pensamos en nosotras y en el dinero. Estamos delgadas porque deberíamos engordar. Estamos gordas porque deberíamos adelgazar. Ligamos mucho porque somos unas promiscuas. No lo hacemos porque somos unas monjas. Y así sigue el bucle interminable que corrompe nuestra identidad y que nos hace creer que nunca seremos suficientes”.
No entiendo nada, pero me gusta.
¿CÓMO QUE SEÑORA?
Ayer me crucé al nuevo inquilino de la puerta de enfrente. Menudo personaje… Iba yo cargada con las bolsas de la compra sin prestar mucha atención a lo que hacía, ya sabes, pensando en mis cosas, cuando de repente escucho (imitándole): “¿Le ayudo, señora?” Miré a mi alrededor a ver a quién le hablaba y entonces me di cuenta. ¿Señora? ¿YO? Me parece increíble que a mis veintiocho años me llamen señora. ¿Acaso parece que haya pasado por un matrimonio, un bebé, o que lleve una vida estable, digna y presentable? ¡Por favor! ¡Si sigo de alquiler y compartiendo piso! Y no tengo ni una arruga. Bueno… Ya llevaré unas cinco canas.
Con tanta pantalla, un simple contacto visual me dejó preñada.
FLUIMOS Y VEMOS
¡Claro que somos amigos! Yo no soy como esas chicas con sentimientos a flor de piel, que después de tres citas ya se imaginan cosas románticas de película, y que luego no consiguen dormir por las noches. ¡Qué va, hombre! Estoy perfectamente sola, a mi bola. Es más, creo que me he vuelto insensible. No, en serio. Me encanta el sexo y tal, pero ya está. ¿Para qué tanto lío? Que si quieres quedamos, follamos, pasamos el día juntos y ya. Si luego quieres volver a hacerlo, hacerme sentir especial y tal, pues estupendo también. ¡Como si quieres cogerme de la mano por la calle y escribirme poemas, no hay ningún problema! (Pausa) A ver, no me mires así, que tampoco te estoy pidiendo matrimonio. No creas que voy a hacerme ilusiones de ningún tipo, ¿vale? Yo no espero nada de nadie, así que chill. Fluimos y vemos. Las etiquetas están superdemodé. Sí, claro que estoy bien, ¿por qué no iba a estarlo? (Pausa) Por eso creo que como buenos… amigos, compañeros, o lo que sea que seamos, tenemos que respetar nuestros tiempos y espacios y no hablarnos durante… No sé… ¿Unos meses? Bueno, tú no te preocupes que en todo caso ya te llamaré yo, ¿vale?
Y fue entonces cuando descubrimos que el dolor de barriga era en realidad un dolor de ovarios.
CALLADITA ESTÁ MÁS GUAPA
Me cansa pensar tanto. Tengo una mente sobre estimulada y eso que solo me tomo un café al día. Bueno, a veces dos. Ya sé lo que vas a decir, pero espera. ¿Sabes que esta es la primera vez en todo el día que digo más de cinco frases seguidas? Oye, que te lo digo en serio. Bueno, ya… Ya sé que me paso los días sola estudiando pero… Bueno, da igual. Ya sé que no has dicho nada, pero lo leo en tu mirada. A ver, es que esto viene porque he decidido hacer eso que llaman “escucha activa” No creo que te suene. (Pausa) ¿Oye, vas a salir? (la otra le responde que sí) Ah, vale, vale. Pues eso… Cuando cocino me pongo charlas de Ted Talks. Son unos podcasts donde…(la otra le corta, diciéndole que ya lo conoce) Perdón, pensaba que no lo conocías. Bueno, pues una experta en la escucha hablaba sobre la escucha activa. Está la activa y la pasiva, ¿sabes? ¿Cómo que qué? Ves, no me estás escuchando. Ay, espera que contesto a este WhatsApp. (Escribe rápidamente) Vale, ¿qué estaba diciendo? Que muchas veces no es necesario hablar. La simple compañía ya debería de bastar. Me ha quedado bonito y todo. Además, la gente está más guapa sin decir nada, ¿no crees? (Pausa. Se da cuenta de que lleva un rato hablando sola) ¿Hola?
Hoy ha sido un día productivo. Me he rascado el higo. Me siento la piel rejuvenecida. Que se aparte el ácido hialurónico que yo me quedo con mi cama.
LAS DE TELETIENDA SI QUE SABEN
¡No esperes más! Por tu primera compra te regalamos un par de mocasines más feos que un mono narigudo y que, seguramente, acabes dándoselos a tu prima que ves una vez al año por Navidad”. (Pausa) Claramente no diría eso. Les vendería la moto, el coche y la casa entera con una sonrisa de oreja a oreja. Aquellas personas tendrán el privilegio de poseer unos mocasines únicos, cómodos, con efecto hibernadero, impermeables, ajustables, de gama alta y además en oferta. El mismísimo Doctor Gadget vendería su alma por hacerse con un par.
Y yo que pensaba que hacer un simpa era hacerse la simpática…
LA AUXILIAR DE ENFERMERÍA
Bon dia, guapa. Soy la Laura. (no la oye bien) LA LAURA, Pepita. Nos tomamos la medicación y ya estamos, ¿vale? ¡Que me han dicho que te vas hoy mismo! ¡Qué lástima! Con lo bien que nos llevamos tú y yo. Sí, nos conocemos de hace un tiempecillo ya. Mujer, es normal… ¡Si es que somos mucha gente en este mundo! (Le coge suavemente de la mano) Qué bonitas las tienes. Pues seguramente te las haya pintado tu amiga que vino a verte ayer. Sí, una amiga tuya muy simpática. María, creo que se llama. ¿Cómo? No, tu hija se llama Cristina. Sí, Cristina. No… La Lolita no. (dirigiéndose a Lolita que está en la cama de al lado, escuchando). Lola guapa, no te preocupes que ahora te traen el desayuno, ¿vale? ¿Qué el teu fill ve demà? Qué guay, no? (se ríe) Sí, es guapo, sí. Pero cielo, yo ya tengo novio. Ay… ¡Tú sí que eres guapa! Sí, hace tiempo ya… Bueno, chicas os dejo que ahora me toca desayunar a mí y solo me dan media horita. (les lanza unos besos) Ale, ¡adéu!
Fue para Caperucita y se quedó en loba.
EL PROBLEMA DE MERCEDES
¡Pasa, pasa! Aquí todas se sienten como en su casa. ¿Te molesta si pongo música? (la pone) ¡Pero no te quedes ahí parada, mujer! ¿Quieres sentarte? (empieza a acomodar el lugar) Se nota que tú vienes de otro lugar. Eres calladita, cierto? (No la deja hablar) Ay, chica… Mejor. No sabes el martirio que me han dado los diez años de peluquería… Debo confesar que eres la primera que no conocía de antes. Es que estoy empezando y ya te puedes imaginar… Esto de montar un negocio sola tiene lo suyo. (se pone crema en las manos y cambia la luz a una mucho más tenue). Tú tranquila, mujer. No eres la primera que viene a mi consulta por problemas de marido. (Silencio. Mercedes mira a todos lados, confundida. Se dirige a la puerta) ¿Pasa algo? Pero… ¿Pero a dónde vas? ¡Espera! (la coge fuerte por los hombros) No quería asustarte… Tú has venido aquí por algo. (Mercedes intenta hablar, pero ella no la deja) Tu problema no está ahí arriba, sino… Ahí debajo. (señalando su pelvis). (Silencio. La mujer le dice que es agente de seguros y que está pasando por todo el edificio para ofrecer sus servicios). Vaya, cuanto lo siento… Ya tengo el piso asegurado y no lo pienso cambiar. ¿Quieres una madalena?
El Punk no ha muerto. Se ha fusionado en “cayetana yendo al súper en pijama sin móvil en la mano”.
PSICOPATA VIRTUAL
Siempre me han gustado las redes sociales, en serio. Leer los comentarios, escribir otros… Es genial para interactuar con personas. ¿No es eso para lo que hemos venido a este mundo? Aunque algunos trolls hijos de puta merecen morir. ¿Qué culpa tiene esa pobre gente de ser unos miserables y de vivir vidas mediocres en las que lo único emocionante que les puede llegar a ocurrir es el humillar a los demás a través de cuentas falsas? ¿Qué culpa tienen de que sea tan fácil insultar a alguien sin recibir una ostia a cambio? ¡Ninguna! Me gustan las redes sociales, en serio. Lo llevo bastante bien. Bueno, cuando no lo llevo mal. Este mes solo me he borrado la cuenta dos veces. Mi amiga Carol suele pasarme vídeos de perritos por Inbox y no quiero hacerle ghosting así que he decidido darle otra oportunidad a Instagram. Por cierto, creo que mi algoritmo está jodido porque solo me aparecen publicaciones de autoayuda.
Estoy en contra de la violencia, hasta que me dejan en espera con las cuatro estaciones de Vivaldi.
BÁSICA Y TRANSGRESORA
Lo transgresor se ha vuelto algo accesorio. Ya no sabemos qué hacer para llamar la atención, para salirnos de la norma y parecer diferentes, especiales, únicos. Estoy cansada de tanta tontería. ¿Sabes que hay gente capaz de mantenerse 24 horas despierta en un video en directo con tal de ganar pasta? ¿Cómo puedo hacerme notar entre tanta gente que quiere hacerse notar? Venga, ¡voy a hacer algo rompedor! Voy a comerme un tarro entero de canela. Joder, ¿sabes qué me parece realmente transgresor? Vivir una puta vida corriente y ser una persona básica.
No somos difíciles, es que el nivel está muy bajo.
QUIZÁS, QUIZÁS Y NUNCA MÁS
Me puse triste al pensar en todo lo que no llegamos a hacer juntos. No, espera. Muchas veces me he preguntado si esto que siento por ti es recíproco o si soy yo la que está imaginando cosas. Quizás esto es lo que tiene que pasar, y cuando nos vayamos cada uno seguirá su camino como si nada. Yo sé que te voy a echar de menos porque ya lo hago y ni te has ido todavía. Ayer por la noche me puse a llorar recordando los momentos vividos, sabiendo que no se volverán a repetir. Eres un amor que se quedará en el “Y si…” Quizás si no hubiese pasado esto… o si hubiera pasado lo otro… Quizás, quizás, quizás… Quién sabe. Estos amores son los que te dejan con mal sabor de boca y con la cabeza dando vueltas cuál peonza. (pausa) No espero que digas nada porque ni yo me entiendo. Me voy a dormir… Buenas noches.
Posponer la alarma cinco veces es un estilo de vida.
ESCRIBIR MAL
Quiero escribir mierda, no “muerda”. Muerda es lo que quiere el autocorrector. Yo quiero escribir MIERDA en mayúsculas, sin censura, de la que huele mal. De la que: ¿Cómo puedes decir eso? De la que todos piensan, pero nadie se atreve a expresar. Porque llevo un tapón en el culo que me impide respirar. Todo se queda estancado, encerrado en mi cabeza. Necesita salir, volar, soltar. Necesito escupir, llenarlo todo de babas. Llevo tanto dentro que mis gases se asustan de ellos mismos. Ya no aguanto más. Quiero escribir sin preocuparme; retomar lo que realmente es la escritura: una forma honesta de sacar lo que llevo dentro, de ponerle palabras y darle un sentido. Ya no me muerdo los labios. Ya no quiero morder. Quiero cagarme en todo y dejarlo escrito para la inmortalidad. No quiero escribir bien. ¿Qué cojones quiere decir escribir bien? A la mierda la muerda del autocorrector.
Take it easy. Para correrse no hace falta correr.
HERMANAS
Me niego a ser como ella. Siento que a medida que me hago mayor me voy pareciendo más a mi hermana. Jamás he sabido lo que realmente piensa de… De nada en general. No, no ha pasado nada… No nos hemos enfadado ni nada, pero es que a eso voy. Jamás hemos tenido ningún tipo de conflicto y no es porque todo nos parezca bien, sino porque a ella todo le da igual. Al menos eso parece. Muchas veces la he necesitado y no ha estado ahí y ahora que mamá se ha ido… Me duele decirlo, pero siento que ya me da igual que no esté. ¿Me estoy convirtiendo en mi hermana? ¿Por qué no consigo llorar? Estoy cansada de que me miren con lástima. Me recuerdan lo mal que debería de estar. ¿Hablar con ella? ¿Para qué? Llevamos media vida sin escucharnos, ¿por qué deberíamos hacerlo ahora? Ella está la mar de feliz con su vida perfecta y yo… Yo sigo aquí.
Hacerse mayor significa hacer la lista de la compra y volver con lo apuntado.
A LOS DIECIOCHO ME LARGOMe gustaría ser más fuerte. Me gustaría sentirme orgullosa de mí misma y de mis decisiones. ¿Pero cómo? Nada de lo que hago es suficiente. Sueña alto nos dicen… Claro, sueña alto pero lo justo. Solía soñar despierta cuando era pequeña. Soñar era mi puerta de escape. Ahora ya no sueño nunca, ni dormida, ni despierta. Solo unas pocas privilegiadas pueden permitírselo. Yo no tengo tiempo para sueños. La vida tampoco tendría sentido si nos pasáramos el día soñando, ¿verdad? En algún momento hay que hacer algo. Mucho libro del Secreto, muchos recortes en la nevera y luego… ¿Y luego qué? Nada. Todo el día en el sofá esperando a que caiga un milagro mientras yo y mis hermanos hacemos malabares para traer dinero a casa. Pero esto se ha acabado… Cuando cumpla los dieciocho nos largamos.
Bragas y tapers, que nunca falten.
MUCHA CONCIENCIA Y POCA LIBERTAD
Hoy día hay que saber de todo, siempre. ¿No sabes algo? Búscalo en Google. Infórmate, pero con cuidado. Si te quejas u opinas algo, que no parezca que te afecte demasiado. Sobre todo no hables de lo que no habla nadie. Mejor no opines sobre… Nada, básicamente. Ponte un filtro. No dejes que nada ni nadie te ofenda, no seas de cristal. Si defiendes algo, hazlo siempre. A no ser que quieras que te cancelen de por vida. Si eres pobre, no defiendas nada porque te saldrá caro. Sé eco, sé friendly. Compra a granel. Las botellas siempre de cristal, que pesen. Ese comentario es racista, sexista, homófobo, muy de los 2000. ¿Será chico, chica, chique? ¿Seré transfoba? Fuck, esa canción que me gusta tanto fue escrita por un acosador. Seguro que hay algún nude mío corriendo por la red. No puedo seguir usando la chaqueta de cuero de mi padre si me considero animalista, ¿o sí? Yo qué sé. He dejado en visto a mi ex. ¿Seré tóxica? ¿Poco feminista? ¿Ahora todas debemos llevarnos bien, aunque nos caigamos mal? Error 404 FALLO EN EL SISTEMA.